Alejandro Pont Lezica. “Los disc jockeys estábamos escondidos detrás de los lavacopas”
El famoso musicalizador de fiestas del país recuerda su carrera artística y su trabajo con el director Francis Ford Coppola.
Disfrutando del exitoso evento “Disco Party”, donde pasó música entre las actuaciones de los grupos Village People y Kooñ And The Gang en el Luna Park, el disc-jockey más importante del país Alejandro Pont Lezica admite que esta etapa de su carrera asoma reconfortante.
“Hace 50 años estaba pasando música en el boliche “Mau Mau” en la zona de Retiro y ahora me llamaron para animar las fiestas “Match”, que son como las “fiestas Bresh”, pero para gente de nuestra edad. Recuerdo el inicio de mi carrera con emoción y mucha alegría, siento que la vida nos puso ahí en la etapa inicial de escribir las primeras paginas de los libros, con esa ceremonia de ir a bailar, una música que se estaba haciendo especialmente con ese propósito y me gusta ese lugar y ser el protagonista inconsciente de esta situación. Es algo muy feliz porque podíamos y podemos contar muchas historias, de como evolucionó el baile, la sociedad, los cambios de modas y horarios, aquella juventud que hoy son padres y abuelos, me gusta mucho. En aquella época todos los disc-jockeys estábamos escondidos detrás de los lavacopas y llegó el reconocimiento que soñamos. A fines de los ‘70s solía decir que el discjockey es el artista del futuro”y no me equivoqué, en ese momento no éramos divos, éramos trabajadores”
Según Pont Lezica,
“la era disco lo que hace es conformar una pista de baile. Y entonces la pista de danza genera una ceremonia para ir a entretenerse, eso trae una música que se hace exclusivamente para la pista de baile, la gente iba a bailar ahí, “Studio 54” fue una vidriera en New York de la gente que iba a ese lugar y todo lo que le pasaba, asomaba la parte social, eso fue sumamente importante, en Argentina repercutió muy fuerte”.
Frente a la consulta del rol que ejerce un profesional de este rubro, el exitoso DJ sostiene que “con el paso del tiempo este rol es muy importante, es como un cura o párroco, también saber entender el estado de ánimo de la gente. En esa primera época estaba el tema de los temas lentos, estaba atrapado por la música y compraba muchos discos, escuchaba todo el tiempo lo que salía, mi necesidad era proponer todo lo que surgía, lograr que la música movilizara, que hubiera emoción, había que compartirla o generarla, era una situación anímica muy particular”.
Un clásico de las bandejas elogiado por el máximo referente
Hernán Cattáneo en una reciente entrevista comentó que Alejandro Pont Lezica fue la estimulación decisiva para dedicarse a esta profesión. Al respecto, este disc-jockey que triunfó en Argentina y el exterior pasando música aclara que
“Escuchar eso de alguien tan importante como Hernán es muy fuerte, me gusta que uno haya dejado algo o haya abierto la puerta para todos los demás, me emociona el gran suceso de las nuevas generaciones de disc-jockeys argentinos, porque al éxito actual o la popularidad no se llega enseguida, no es rápido el camino a la cima por más que haya redes sociales o Internet. Están Hernán (Cattaneo), Javier Zucker, Carlos Alfonsin, todos tipos que empezaron como yo, que se sacrificaron plenamente, vidas y horarios para sus cosas, entonces que triunfen es un premio. Son como estudiantes que se reciben de médicos, luego hacen el doctorado y después los tenés ahí como cirujanos de primer nivel. Aquellos años fueron tiempos de formación, donde hicimos escuela, sembramos un montón, en 1978 dije “tengo que conocer la Argentina y salir a poner música en todo el país”, tras ese planteo salir a descubrir a los disc-jockeys de todo el país”.
En su extenso y trascendental currículum, figura su labor junto al popular director de cine Francis Ford Coppola. Sobre esa experiencia, el DJ argentino cuenta que “Coppola vino al país a filmar “Tetro” y su escena final sucede en una fiesta de gala, él necesitaba darle a esa escena el clima apropiado, necesitaba un disc-jockey. Me llamaron, lo conocí al día siguiente y almorzamos juntos, me dio el guión de la película, filmamos en el recordado Palacio Sans Souci, armé una base electrónica con vinilos y sobre eso puse a Mozart, le encantó, es una de las emociones más fuertes de mi vida, es muy sacrificado filmar, te citan a las cinco de la tarde y pueden pasar ocho horas hasta que tengas que hacer lo tuyo, con esa mecánica, pasás muchos días filmando”.
Entusiasmado por las “Fiestas Match” que ya tuvo un avant.premiere en mayo, Alejandro admite que
«Me gusta pasar música y provocar esa reacción de la gente que quiere bailar, el argentino ama moverse en una pista de baile, lo disfruta. Actuando en el interior, todas las noches me reunía con disc-jockeys de cada provincia y compartíamos experiencias de nuestro trabajo. Hay necesidad de aprender y compartir las experiencias que existen al respecto. Ser argentino te carga de mucha responsabilidad cuando transmitís experiencia y conceptos aprendidos, Cuando me presenté en Europa, los profesionales de allá también me elogiaron eso, es poner la bandera celeste y blanca en un lugar tan alto como los sitios en donde pasamos música, algo así no se olvida jamás”.
Imagen Gabriel Anchorena Uriburu