El periodista que dibujaba

El periodista que dibujaba

Hermenegildo Sábat, el artista rioplatense que incomodaba a los políticos con el humor gráfico y las caricaturas. Conocelo.

Hermenegildo Sábat (Montevideo, 1933 – Buenos Aires, 2018) fue un destacado artista nacionalizado argentino que descolló en el dibujo y la caricatura política. Autodidacta, el estilo de «Menchi» incorpora el humor gráfico de vanguardia norteamericano con las tendencias del arte contemporáneo que revitalizan la figura humana.

Nieto del dibujante español homónimo, otra de sus influencias, Sábat se inicia tempranamente en el periodismo escrito en su país natal aunque los lápices y los pinceles eran su pasión. De aquella época son las crónicas de jazz que terminarían con ilustraciones y fotografías a los genios del género en «Scat!» (1975); uno de sus varios libros de ilustraciones que enlazaban amores, entre los que figuraban además el tango, la literatura y la política. Dejando un porvenir asegurado en el diario El País, decide recalar en Buenos Aires donde en La Opinión y, luego en Clarín, se transformará en el mejor cronista visual de la historia argentina desde 1973. Tan fuerte fue la comunión con Argentina que en el momento más duro de la dictadura, cuando él se mofaba de los jerarcas y ellos le advertían que «terminaría en el río», Menchi optó por nuestra ciudadanía.

Pero esto no fue el único cruce del artista, a quien Gabriel García Márquez le entregó el Premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y la Fundación Konex distinguió con el galardón de Brillante a la personalidad destacada 2007-2016 en Comunicación y Periodismo. Tanto en 2008 como en 2017 la presidenta Cristina Fernández cuestionó la manera de cómo había sido caricaturizada por el artista. Ante cada apremio del poder de turno, Menchi manifestaba: «En mi familia siempre nos guiamos por las palabras del mejor uruguayo que existió, José Gervasio Artigas, cuando dijo «Con libertad no ofendo ni temo»»

Artista plástico desde 1966, cuando presentó sus célebres óleos de cabezas en Galatea, en los últimos años se perfeccionó en acuarelas, y tuvo aclamadas exposiciones en centros culturales y museos mientras no dejaba la docencia en su taller de Monserrat. Los porteños podemos apreciar a diario su arte en el pasaje Lima, y la estación Once del subte, con dos obras de la serie «Músicos de Buenos Aires» (2007)

Que los argentinos nos imaginemos a GardelTroilo o Piazzolla con alas es el mejor legado de Menchi.

Dice Hermenegildo Sábat

«Creo que la existencia del artista en la sociedad sirve para varias cosas, no sólo para una. Sirve incluso para defender y generar atención sobre cosas que no tienen precio», en catálogo «Borges y compañía».

Buenos Aires: Centro Cultural Recoleta. 2014.

Dicen de Hermenegildo Sábat

«Algo que es como el aire que respiramos y nos da vida a los periodistas, a los dibujantes y a todos los seres humanos en general: la libertad. Mi padre me enseñó el amor a la libertad. Entre muchas otras cosas que enseñó y enseña. Aunque nunca me haya enseñado cómo hace eso con la acuarela».

Su hijo Alfredo Sábat, también dibujante, para La Nación, 15/12/2017.